Porque siendo Colombia un pías productor de Diesel, dicho derivado es costoso en nuestro país.

Hay dos problemas. Uno es el precio del ACPM en Colombia que es prácticamente el mismo de la gasolina y eso hace que no sea rentable en los autos pequeños cuyo consumo es muy racional usar los motores Diesel que tienen un sobrecosto en la compra inicial del vehículo y son más caros de reparar aunque mucho más durables. El segundo facto es la calidad del combustible colombiano que impide que muchas marcas permitan homologarlos para su uso en el país.

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Sus componentes son mucho más voluminosos, robustos y pesados y el sistema de inyección de riel común que funciona a altísimas presiones es muy delicado y se ve atacado por el agua y las impurezas del ACPM nacional.

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Las materias primas y productos alimenticios perecederos se transportan solo por transporte refrigerado o isotérmico, asegurando la preservación de las condiciones de temperatura de transporte.

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Para que se pueda obtener lo que hoy es la gasolina previamente hay que calentar el petróleo. A medida que sube la temperatura, los compuestos con menos átomos de carbono en sus moléculas (y que son gaseosos) se desprenden fácilmente; después los compuestos líquidos se vaporizan y también se separan, y así, sucesivamente hasta obtener las diferentes secciones. Esto se realiza en una torre de destilación, la parte clave de la refinería. Cuando el crudo está dentro, se calienta hasta alcanzar los 400 °C y hace que los vapores suban a través de las diferentes secciones, donde las sustancias se van condensando en función de sus características.

Los primeros vapores que se licúan son los del gasóleo pesado, a 300º C aproximadamente, después el gasóleo ligero a 200º C; a continuación, la kerosina a 175º C, la nafta y por último, la gasolina y los gases combustibles que salen de la torre de fraccionamiento todavía en forma de vapor a 100º C. Esta última fracción se envía a otra torre de destilación, donde se separan los gases de la gasolina.

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Diesel gana terreno en Colombia. La empresa italiana sigue creciendo en el país cafetero con la puesta en marcha de cuatro nuevos establecimientos antes de que finalice 2019. Las nuevas tiendas estarán ubicadas en Medellín y Bogotá, a pesar de que la compañía tiene previsto ampliasu red comercial a otras ciudades colombianas.

Los nuevos establecimientos se sumarán a las 25 tiendas que Diesel tiene en Colombia, donde también cuenta con doscientos puntos de venta en tiendas multimarca. Las aperturas forman parte del plan de crecimiento que la compañía tiene previsto en el país hasta 2020. Además, la empresa italiana pondrá en marcha su plataforma online antes de final de año, para dar cobertura a todo el país.

La expansión de Diesel en el país sudamericano será financiada con una inversión de 4.000 millones de pesos colombianos (1,3 millones de dólares). Diesel, que opera en el país cafetero de la mano de Estudio de Moda, cerró el ejercicio 2017 con una facturación de 80.000 millones de pesos (27,5 millones de dólares), según Fashion Network.

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